Diputado del PP en Valencia ataca a uno de Compromís por la flotilla de Gaza: “Qué gordo has vuelto de Auschwitz”

Diputado del PP en Valencia ataca a uno de Compromís por la flotilla de Gaza: “Qué gordo has vuelto de Auschwitz”

Diputado del PP: Un incidente de extrema gravedad sacudió Les Corts Valencianes el 15 de octubre de 2025, cuando Manuel Pérez Fenoll, diputado del Partido Popular (PP) y alcalde de Benidorm, profirió un insulto antisemita contra Juan Bordera, diputado de Compromís, recién regresado de su detención en la Flotilla Global Sumud hacia Gaza.

La frase, “Qué gordo has vuelto de Auschwitz”, no solo trivializa el Holocausto, sino que ridiculiza una acción humanitaria destinada a aliviar la crisis en la Franja de Gaza. Este exabrupto ha desatado una tormenta de críticas, poniendo en el centro del debate los límites del discurso político, la memoria histórica y la lucha contra el antisemitismo en un contexto de polarización. Este artículo analiza en profundidad el incidente, sus antecedentes, las reacciones, las consecuencias y la necesidad de reforzar la ética en la política española.

Contexto del incidente en Valencia

El episodio ocurrió al inicio de un pleno en Les Corts Valencianes, cuando los deputados de Compromís aplaudían el regreso de Juan Bordera tras su participación en la flotilla. En ese momento, Pérez Fenoll, desde su escaño, lanzó el comentario: “Qué gordo has vuelto de Auschwitz”. La frase aludía a una declaración previa de Bordera, quien había descrito las condiciones de su detención en Israel como “un campo de concentración

entre Guantánamo y Auschwitz”, denunciando tratos “inhumanos”. La presidenta de la Cámara, María de los Llanos Massó (Vox), pidió silencio para continuar la sesión, pero no sancionó directamente al diputado del PP, lo que generó críticas por su aparente pasividad. El momento, grabado por las cámaras oficiales, se viralizó en X, acumulando miles de visualizaciones y comentarios de repudio en cuestión de horas.

El incidente se enmarca en un clima de tensión política en Valencia, donde la coalición PP-Vox gobierna desde 2023, enfrentándose a una oposición progresista liderada por Compromís y PSPV-PSOE. La referencia a Auschwitz, un símbolo del horror nazi, no solo escaló la confrontación parlamentaria, sino que tocó una fibra sensible en un país con un fuerte compromiso con la memoria histórica y la lucha contra el antisemitismo.

Antecedentes del diputado de Compromís y la flotilla

Juan Bordera, de 38 años, es un periodista alicantino y diputado de Compromís desde 2023. Su trayectoria incluye una destacada cobertura de las inundaciones de la DANA en Valencia en 2024, donde se ganó reconocimiento por su defensa de las víctimas y su activismo en temas de justicia social. El 2 de octubre de 2025, Bordera se unió a la Flotilla Global Sumud, una iniciativa internacional para llevar ayuda humanitaria a Gaza y romper el bloqueo israelí, en un contexto de crecientes acusaciones de genocidio en la Franja, donde más de 40.000 personas han muerto desde octubre de 2023, según organizaciones como Amnistía Internacional.

La marina israelí interceptó la flotilla en aguas internacionales, deteniendo a Bordera y otros activistas durante cuatro días. Durante su cautiverio, Bordera denunció condiciones de “aislamiento extremo”, interrogatorios intimidatorios y un trato “deshumanizante”, comparándolo con un “campo de concentración”. Tras su deportación el 5 de octubre, su regreso a Valencia fue celebrado por Compromís como un acto de valentía que ha “visibilizado la opresión palestina” y movilizado a la sociedad civil europea.

El comentario ofensivo del diputado del PP

Manuel Pérez Fenoll, de 55 años, es un veterano político del PP con un historial controvertido, incluyendo investigaciones archivadas por presuntos vínculos con la mafia rusa en proyectos urbanísticos de Benidorm. Su comentario, pronunciado en un tono burlón, no ha sido seguido de una disculpa pública, lo que ha agravado la polémica. Fuentes del PP

en Valencia lo calificaron como un “exceso verbal” en un contexto de “debate acalorado” sobre la flotilla, pero evitaron condenar explícitamente la referencia al Holocausto. Expertos en discurso de odio, como la ONG Movimiento contra la Intolerancia, consideran el comentario un claro ejemplo de antisemitismo por banalizar el genocidio de seis millones de judíos. En X, usuarios denunciaron una “deriva ultraderechista” en el PP, con mensajes como: “Burlarse de Auschwitz es cruzar todas las líneas rojas”.

Reacciones políticas y sociales

Compromís reaccionó con contundencia. Joan Baldoví, líder del partido, calificó el comentario de “vil” y exigió la dimisión inmediata de Pérez Fenoll, advirtiendo que “burlarse del Holocausto es un ataque a la democracia”. Àgueda Micó, portavoz en el Congreso, lo tildó de “indigno”, mientras Vicent Marzà ironizó sobre la “enésima prueba de la catadura moral del PP”. El PSPV-PSOE y Unides Podem se sumaron al rechazo, solicitando sanciones parlamentarias y un debate sobre los límites éticos en Les Corts.

La Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) emitió un comunicado condenando la “inaceptable banalización” de Auschwitz, exigiendo disculpas formales y medidas disciplinarias. Organizaciones como Amnistía Internacional y Judíos por la Justicia en Palestina criticaron el comentario por alimentar el antisemitismo y polarizar el debate sobre Gaza. En la sociedad civil, manifestaciones espontáneas frente a Les Corts exigieron la renuncia de Pérez Fenoll, mientras el hashtag #FueraPérezFenoll superó las 50.000 interacciones en X, con mensajes de supervivientes del Holocausto y activistas pro-palestinos unidos contra el discurso de odio.

EntidadReacción
CompromísExige dimisión, califica el comentario de “vil”
FCJECondena la “banalización del Holocausto”
PSPV-PSOEPide sanciones y debate ético
Amnistía InternacionalAdvierte sobre el aumento del discurso de odio
Usuarios de X#FueraPérezFenoll genera 50.000+ interacciones

Consecuencias políticas y éticas

El incidente amenaza la estabilidad de la coalición PP-Vox en Valencia. Mientras Vox guarda silencio, el PP enfrenta presiones internas para sancionar a Pérez Fenoll, con posibles consecuencias como su expulsión del grupo parlamentario o una moción de censura en Benidorm. Legalmente, asociaciones como SOS Racismo evalúan presentar denuncias por delitos de odio e injurias, que podrían acarrear hasta dos años de prisión según el Código Penal español. Éticamente, el comentario viola el código de conducta de Les Corts, que prohíbe expresiones que inciten al odio, y socava la credibilidad del parlamento como espacio de diálogo.

En un contexto de aumento del antisemitismo en Europa (un 30% más en 2025, según datos de la UE), este episodio podría impulsar reformas en el reglamento de Les Corts para establecer sanciones más severas. Además, intensifica las divisiones sobre la flotilla, con el PP alineado con Israel y Compromís denunciando un “secuestro ilegal” de activistas. El caso pone de manifiesto la dificultad de abordar el conflicto palestino-israelí sin caer en discursos polarizantes.

Reflexión sobre el respeto y el discurso público

El comentario de Pérez Fenoll no es un simple desliz, sino un reflejo de la erosión de la memoria histórica en la política española. Al trivializar Auschwitz, un símbolo del exterminio de seis millones de judíos, se deshonra a las víctimas del Holocausto y se enturbia el debate sobre la crisis en Gaza, donde miles han muerto desde 2023. Como señaló Baldoví en X, “Quien se burla del genocidio no debe gobernar”.

España, que conmemora anualmente el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, debe responder con medidas concretas: formación en sensibilidad histórica para cargos públicos, sanciones más estrictas en los reglamentos parlamentarios y un pacto multipartidista por un discurso público basado en el respeto. Este incidente también plantea preguntas sobre la responsabilidad de las instituciones para frenar la polarización, especialmente en un contexto donde el conflicto palestino-israelí genera debates inflamados. La ausencia de una condena inmediata por parte de la presidencia de Les Corts y la tibieza inicial del PP evidencian la necesidad de mecanismos más robustos para garantizar la decencia en el debate político.

El caso de Pérez Fenoll debe servir como un punto de inflexión. La democracia española no puede permitirse que el odio o la banalización de tragedias históricas encuentren eco en sus instituciones. Restaurar la confianza requiere acciones firmes: sanciones ejemplares, disculpas públicas y un compromiso colectivo para que el respeto prevalezca sobre la provocación. Solo así se podrá evitar que episodios como este empañen el legado de una sociedad que aspira a la convivencia y la justicia.

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