La artrosis es una enfermedad degenerativa que afecta las articulaciones, caracterizada por el desgaste progresivo del cartílago articular, el cual es el tejido que recubre y protege los extremos de los huesos en una articulación. Este desgaste lleva a la fricción directa entre huesos, causando dolor, rigidez y disminución de la movilidad. La artrosis es una de las formas más comunes de artritis y afecta principalmente a personas mayores, aunque puede presentarse en adultos jóvenes debido a lesiones o predisposición genética. En este artículo, exploraremos las causas, síntomas, factores de riesgo, diagnóstico y opciones de tratamiento para la artrosis.
Causas de la Artrosis
La artrosis puede ser provocada por diversos factores, incluyendo:
Desgaste Natural
- Envejecimiento: El principal factor de riesgo para la artrosis es el envejecimiento. Con el tiempo, el cartílago que protege las articulaciones se desgasta gradualmente.
Lesiones Articulares
- Traumatismos: Lesiones previas en las articulaciones, como fracturas o desgarros de ligamentos, pueden predisponer a la artrosis.
- Sobrecarga: Actividades físicas intensas o movimientos repetitivos pueden acelerar el desgaste del cartílago.
Factores Genéticos
- Predisposición hereditaria: La artrosis puede tener un componente genético, lo que significa que tener antecedentes familiares de la enfermedad puede aumentar el riesgo.
Síntomas
Los síntomas de la artrosis pueden variar en severidad y pueden desarrollarse gradualmente. Los más comunes incluyen:
Dolor articular: Dolor en las articulaciones afectadas, especialmente después de un uso prolongado o al final del día.
Rigidez: Rigidez en las articulaciones, especialmente después de períodos de inactividad o al despertarse.
Pérdida de flexibilidad: Dificultad para mover las articulaciones a través de su rango completo de movimiento.
Inflamación: Hinchazón alrededor de la articulación afectada.
Sensación de roce: Sensación de crujido o roce al mover la articulación.
Factores de Riesgo
Existen varios factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar artrosis, incluyendo:
Edad avanzada: El riesgo de artrosis aumenta con la edad.
Sexo: Las mujeres tienen más probabilidades de desarrollar artrosis, especialmente después de la menopausia.
Obesidad: El exceso de peso pone mayor presión en las articulaciones, especialmente en las rodillas, caderas y columna vertebral.
Lesiones articulares: Lesiones previas aumentan el riesgo de artrosis en la articulación afectada.
Ocupaciones: Trabajos que implican movimientos repetitivos o que ejercen una gran presión sobre ciertas articulaciones pueden aumentar el riesgo.
Diagnóstico
Historia Clínica y Examen Físico
- Entrevista médica: El médico preguntará sobre los síntomas, su duración y cualquier antecedente de lesiones o enfermedades que pueda contribuir al dolor articular.
- Examen físico: Evaluación de las articulaciones afectadas para detectar signos de dolor, hinchazón y movilidad reducida.
Pruebas de Imagen
- Radiografías: Pueden mostrar el estrechamiento del espacio articular, presencia de espolones óseos y otros cambios característicos de la artrosis.
- Resonancia magnética (RM): Proporciona imágenes más detalladas del cartílago y otros tejidos blandos.
Pruebas de Laboratorio
- Análisis de sangre: Para descartar otras causas de dolor articular, como la artritis reumatoide.
- Análisis de líquido articular: Extracción y análisis del líquido sinovial de la articulación afectada para detectar inflamación o infección.
Tratamientos
Medicamentos
- Analgésicos: Medicamentos como el paracetamol pueden aliviar el dolor.
- Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs): Ayudan a reducir el dolor y la inflamación.
- Corticosteroides: Inyecciones de corticosteroides en la articulación para reducir la inflamación severa.
Terapias Físicas
- Fisioterapia: Ejercicios específicos para fortalecer los músculos alrededor de la articulación y mejorar la flexibilidad.
- Terapias de calor y frío: Aplicación de calor o frío para reducir el dolor y la inflamación.
Intervenciones Quirúrgicas
- Artroscopia: Procedimiento mínimamente invasivo para reparar o limpiar la articulación.
- Osteotomía: Cirugía para realinear los huesos y reducir el desgaste articular.
- Reemplazo articular: En casos severos, la sustitución de la articulación dañada por una prótesis.
Cambios en el Estilo de Vida
- Control de peso: Mantener un peso saludable para reducir la presión sobre las articulaciones.
- Ejercicio regular: Actividades de bajo impacto, como nadar o caminar, para mantener la movilidad articular y la fuerza muscular.
- Dieta equilibrada: Una dieta rica en nutrientes que promueva la salud ósea y articular.